Aún recuerdo cuando pensaba que vivir en Estados Unidos era aprender a vivir sin descanso y en una vida acelerada, cuando acordé esa vida acelerada en la que no tienes tiempo para nada la estaba viviendo en Honduras. Muchas tareas en el dìa, involucrada en varias actividades ministeriales, de trabajo y de familia, al final del día solo quería una almohada y descansar, pero en verdad mis hijas y mi esposo necesitaban de mi tiempo, no cansada si no con energía para compartir con ellos.
Tal pareciera entonces que el día de reposo es un sueño, pues todos los días tienen un gran afán. Leyendo el libro de Hebreos, me encontré con diferentes expresiones acerca del reposo, que me han parecido interesantes de compartir.
- En primer lugar, el día de reposo expresado cuando Dios hizo la creación tomándose un tiempo para descansar.
- En segundo lugar, el día de reposo expresado cuando el pueblo de Israel sale de Egipto, el lugar de esclavitud. A este pueblo se le ofrece la tierra prometida, una tierra donde fluiría leche y miel. Esta tierra sería el reposo para un pueblo que había sufrido la esclavitud y dominio de personas malvadas. Fué la promesa a Moisés. Ex. 33:14
- En tercer lugar podemos ver a Jesús como nuestro reposo, el es nuestro descanso. ¿Cómo entender esto?, creo que solo hay una forma, es a solas con Jesús. Por las mañanas cuando nos levantamos, antes de comenzar las actividades diarias, es bueno postrarnos delante del Señor. Hay problemas?, después de orar saldremos con paz, ¿nos sentimos débiles?, después de orar nos sentiremos fuertes. ¿Dudando o con inquietud por decisiones?, estar en su presencia nos traerá paz. Jesús es nuestro reposo, estar en su presencia nos ayuda a calmar nuestras angustias, nos trae verdadero descanso, pues sencillamente vamos aprendiendo a cambiar nuestra carga con el. Hb. 4
Jesús nos ha prometido llevar el nuestra carga y que nosotros llevemos la de el que es ligera, sin peso. Esto es descanso, es entender que Dios hace lo que nosotros no podemos, es comprender que El siempre será mas grande que nuestras dificultades y es sencillamente aprender a estar quietos, confiando que El es Dios.
¿Porque no disfrutamos de su reposo? Sencillamente por nuestra falta de fe, por nuestra incredulidad (Hebreos 3:19), decimos creer en Dios, la realidad es que cuando atravesamos por pruebas, las dificultades nos agobian y mostramos poca fe. Es exactamente lo que pasó con el pueblo de Israel que vagó y vagó por el desierto, nunca logró el reposo de la tierra prometida, por causa de su incredulidad.
Si oramos pidiendo fe, entonces seremos probados, porque es cuando pasamos por pruebas cuando la fe entra en acción, es allí cuando las promesas de Dios expresadas en su Palabra deben venir a nuestra mente, es cuando nos toca confiar a pesar de que lo que percibimos con nuestros sentidos dice lo contrario a lo que Dios nos ha dicho.
Deseo que Jesús sea mi reposo, aquel en el que confía mi alma, que mi confianza no esté puesta en un hombre, en un trabajo o en un médico. Que mi confianza únicamente esté puesta en el Dios que me llamó, aquel que dijo: "En el mundo tendréis aflicción, pero confiado YO HE VENCIDO AL MUNDO" Jn. 16:33
Agradecida por su llamado,
Karen
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