Desde la última vez que leí el libro de Santiago debo confesar que me he sentido agradecida por la manera en que Dios nos guía en aspectos tan prácticos de la vida, pero a su vez, reconocer como en el día a día me cuesta tanto recordar estos consejos y sobre todo aplicarlos a mi vida.
Este libro hace mucho énfasis en las pruebas, en el capítulo 5, menciona la aflicción, la enfermedad y nos recuerda también como algunas personas como Job también se vieron rodeados de dificultades, pero tuvieron paciencia y fe para esperar en el Señor la respuesta a sus peticiones.
Me imagino que al igual que yo tu también has pasado por desiertos, algunos parecen tan pequeños que pronto estás disfrutando del verano, así como cuando pierdes el empleo y al mes ya tienes un nuevo empleo, no te tocó esperar tanto y tuviste la respuesta de Dios sin tener que impacientarte.
Pero hay otras dificultades que se prolongan por más tiempo, y no solo eso, son dificultades en las que ni siquiera tenemos el panorama claro, miramos hacia adelante caminando como sin dirección porque no sabemos que habrá al final. Se me viene a la mente una caminata por un desierto en el que el viento levanta la arena, te sientes aturdida, la arena te golpea y sobre todo te quita la visibilidad para poder transitar con mayor seguridad. Pues así es como me he sentido algunas veces en tiempos de dificultad, el desierto parece no terminar y solo se que debo seguir caminando para salir de donde estoy, viendo al invisible porque no hay nadie más que me guíe.
Muy acertados son los consejos del libro de Santiago acerca de los tiempos de prueba, y quisiera compartir algunas enseñanzas que he tomado para mi vida, han sido muy valiosas y me dan el gozo de tener una dulce espera mientras pasa la dificultad.
Oro al Señor para que cada día me ayude a no dudar, el que ora en su voluntad, debe tener la certeza de que verá lo que ha pedido. Nuestro padre es maravilloso.
Con Amor en Cristo
Karen
Este libro hace mucho énfasis en las pruebas, en el capítulo 5, menciona la aflicción, la enfermedad y nos recuerda también como algunas personas como Job también se vieron rodeados de dificultades, pero tuvieron paciencia y fe para esperar en el Señor la respuesta a sus peticiones.
Me imagino que al igual que yo tu también has pasado por desiertos, algunos parecen tan pequeños que pronto estás disfrutando del verano, así como cuando pierdes el empleo y al mes ya tienes un nuevo empleo, no te tocó esperar tanto y tuviste la respuesta de Dios sin tener que impacientarte.
Pero hay otras dificultades que se prolongan por más tiempo, y no solo eso, son dificultades en las que ni siquiera tenemos el panorama claro, miramos hacia adelante caminando como sin dirección porque no sabemos que habrá al final. Se me viene a la mente una caminata por un desierto en el que el viento levanta la arena, te sientes aturdida, la arena te golpea y sobre todo te quita la visibilidad para poder transitar con mayor seguridad. Pues así es como me he sentido algunas veces en tiempos de dificultad, el desierto parece no terminar y solo se que debo seguir caminando para salir de donde estoy, viendo al invisible porque no hay nadie más que me guíe.
Muy acertados son los consejos del libro de Santiago acerca de los tiempos de prueba, y quisiera compartir algunas enseñanzas que he tomado para mi vida, han sido muy valiosas y me dan el gozo de tener una dulce espera mientras pasa la dificultad.
- Necesitamos ser concientes de que tendremos dificultades en la vida, así es, sobre todo sabiendo que somos hijos de Dios, pues nos convertimos en el blanco de Satanás y por supuesto está allí para destruirnos. Aún así mayor conciencia debemos tener que nada ocurre sin que Dios lo permita, Satanás pidió permiso a Dios cuando procuró destruir a Job; así que en medio de la dificultad Dios tiene un propósito y un plan para nuestras vidas, entre más rápido entendemos su plan, más rápido atravesamos el desierto. "Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.". Jeremías 29:11
- Orar es la única manera de mantener nuestro enfoque en Dios y en aquello para lo que nos creó. No hacerlo nos hace centrarnos en nosotras mismas y nuestras debilidades, es allí cuando empezamos a tener pensamientos como "pobrecita de mi", ´"nadie me quiere", "solo a mi me pasan estas cosas" o "no voy a salir de esto"; pues claro que solas jamás saldremos de las situaciones difíciles, pero Dios siempre tiene la respuesta adecuada a nuestra situación, enfocarnos en El es saber que es más grande que nuestros problemas, que es soberano, que es poderoso y son sus virtudes como Dios único, lo que nos hace sentirnos con paz en la dificultad.
"Esta alguno afligido?, haga oración."
- Nuestra confianza y fe debe ser puesta en Dios. Esta lección la he aprendido con dolor, he confiado situaciones muy personales en personas erradas, he esperado que otros me ayuden en la forma en la que solo Dios puede ayudarme, y he sufrido el dolor de la traición y no solo eso, de las mentiras, interpretaciones erradas y todo lo que se puede levantar cuando confiamos nuestras dificultades personales. El salmista David tenía claro esto y por eso confiesa "Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza" Salmo 62:5
- En el tiempo de dificultad tu habrás hecho como yo, corremos donde amigos a buscar consejo o ayuda, nos sentimos afligidos y queremos que otros oren por nosotros; no es que eso esté mal, de hecho la Biblia nos enseña a llevar las cargas los unos por los otros; pero, quien mas que nosotras mismas para expresar a Dios la causa de nuestra aflicción, quien mejor que nosotras para derramarnos delante de Dios con nuestra petición. La responsabilidad de buscar a Dios cuando pasamos por pruebas está en nosotras, así lo expresa Santiago cuando dice "¿Está alguno afligido?, haga oración. Santiago 5:13, no dice llame a alguien para orar. Solo Dios puede darnos la respuesta a nuestra petición y aún cuando no sabemos como orar, entonces el Espíritu Santo intercede con gemidos que no entendemos para que el Padre conozca nuestro sentir.
- Esperar en Dios con paciencia tiene su fruto, el problema es que somos poco pacientes, rápidamente nos desesperamos y dejamos de confiar. Si nuestra fe flaquea, entonces, sencillamente no veremos respuesta. Es así como pasa con el campesin, que siembra y confia en que más adelante verá el fruto de su esfuerzo, la semilla está bajo la tierra, el no puede ver nada, aún así sigue creyendo que verá un fruto hermoso de una semilla bajo tierra. Eso es la fe, no vemos nada, es más, lo que vemos parece indicar que nada de lo que esperamos o confiamos tendrá fruto, pensamos que hemos orado en vano y que no vale la pena esperar. Este pensamiento es meramente humano, es allí cuando en verdad debemos abrazarnos a la pierna de nuestro padre, porque sentirle cerca, saber que estamos bajo su cuidado, nos hace crecer en fe, entonces puedo seguir caminando segura de que lo que mis ojos verán la gloria de Dios manifestarse en nuestra vida a través de la prueba.
- Podemos tener gozo en el tiempo de espera, para mi es algo que recien estoy experimentado. Nosotras generalmente entregamos nuestra alma (los sentimientos) a otras personas antes que a Dios, esto es un grave error, porque nos volvemos dependientes de otros, nuestra felicidad depende de otros, o de las circunstancias, nuestro ánimo, nuestra confianza. En realidad nuestra alma debe de ser entregada a Dios, así nuestro gozo será permanente. Cuando esto sucede la gente no puede entender que tengas paz en la dificultad o gozo en la tormenta, pero es que no dependemos de nosotros ni de otros, en realidad Dios cambia nuestra perspectiva y si nuestro fundamento es Cristo, las tormentas no podrán derribarnos.
Oro al Señor para que cada día me ayude a no dudar, el que ora en su voluntad, debe tener la certeza de que verá lo que ha pedido. Nuestro padre es maravilloso.
Con Amor en Cristo
Karen
Muchas gracias por compartir conmigo esta bella enseñanza, el mejor maestro es el que vive lo que escribe. Con tu permiso la compartire esta semana con un grupo de mujeres que vendran a mi casa. Pensaba que podía compartir y he aqui la respuesta. Dios tiene cuidado de nosotras y me lo recuerda a cada momento, mis oraciones para tu vida y que el gozo del Señor sea tu fortaleza. ¡Bendiciones amada!
ResponderEliminarGracias Sara, me alegra que lo podas compartir, te invito a ser seguidora de este blog, en el apartado de seguidores podes hacerlo. Bendiciones,
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