Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Rom. 12:1
Mientras escuchaba el mensaje del domingo sentía como Dios hablaba a mi corazón respecto a cosas que necesitaba cambiar, cuanta razón tiene el verso que nos señala que el comenzó la obra en nosotros será fiel en completarla, porque siempre estamos necesitando que Dios cambia areas de nuestra vida, siempre estamos necesitando su formación, que moldee nuestro carácter de modo que nos parezcamos más a El.
Es interesante que la primera parte de Romanos es puramente doctrinal, pero a partir de el capítulo 12 comienza la enseñanza práctica, de aplicación diaria. Es decir que saber teología y no vivir de acuerdo a esa teología que sabemos no proviene de Dios, en realidad la teología solo constituye la base de nuestra fe, pero esta fe debe ser vivida a diario, como ciudadanos de un reino celestial necesitamos modelar un estilo de vida diferente a los parámetros de este mundo.
Pero vivir conforme la Palabra no es fácil, es por esto que Pablo habla de que nos presentemos delante de Dios como un sacrificio vivo, en un acto voluntario, nadie nos puede obligar a cambiar, debe ser nuestra propia conciencia de la necesidad de un cambio la que debe llevarnos delante de Dios para que el actúe en nosotros, así como Cristo de forma conciente se entregó por nosotros. Este acto conciente es un sacrificio vivo, pues no estamos presentando una oveja muerta para el perdón de nuestros pecados, en realidad somos nosotros mismos que nos disponemos a morir para que Cristo viva en nosotros. A veces resulta un sacrificio amar, o perdonar, o dejar un comportamiento de pecado, o sencillamente tener presente tener a todos los demás como mejores que nosotros. La realidad es que el mundo nos hace pensar que somos mejores que los demás, por un título, por dinero, por experiencia, porque todos nos buscan, pero la Biblia nos enseña que debemos considerar a los demás mejores que uno. Así que es un sacrificio callar, ser prudente, amar, ver con ojos de Cristo. Dios nos llama a tener vidas activas de servicio y amor, así como Cristo.
Pero no solo se nos llama a presentarnos en sacrificio vivo, también este sacrificio debe ser santo, apartado para su propósito, no se trata de hacer con nuestra vida lo que queremos, se trata de buscar su voluntad perfecta aún en nuestra profesión, nuestras decisiones familiares, personales. De igual manera esto es un sacrificio, pues aún llamándonos cristianos y asistiendo a la iglesia, la mayoría vivirmos muchas veces sin tomar en cuenta a Dios en nuestras decisiones. Se ha preguntado alguna vez, ¿Señor, estás de acuerdo con este negocio, como ves esta carrera, me has llamado a esto, te estoy agradando con esto?. Vidas que toman en cuenta al Señor cada día.
Además nos dice que debe ser un sacrificio agradable a Dios, es decir una ofrenda apropiada, no lo que me agrade a mi, pero lo que alegre el corazón de Dios. ¿Que agrada el corazón de Dios?, que le amemos con todo el corazón, alma y fuerzas y que amemos a nuestro prójimo de la misma manera en que quisieramos que nos amen. Nuevamente vemos que es un sacrificio, pues aunque decimos que amamos, muchas veces las palabras no denotan los hechos, y no me refiero a dar regalos, aun podemos dar regalos por compromisos, pero a tener un amor genuino por los demás, este amor genuino solo es posible con la visita de su santo espíritu.
Así que nuestra ofrenda debe ser conciente, quizás nos provoque dolor, pero eso precisamente es moriri a mi misma y dejar que Cristo crezca. No somos vasos llenos, no somos perfectos porque tenemos años de estar en la iglesia o porque nos sentimos indispensables, o por muy inteligentes, en realidad seremos siempre vasos medios llenos, esperando que cada día Dios haga algo más en mí, que el Señor nos ayude a tener de nosotros el concepto correcto, el que nos lleva a sabernos necesitados cada día de El, solo así correremos a buscarle, porque sabemos que solo en el encontramos palabras de vida, y vida eterna.
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