Cuantas veces nos escuchamos a nosotras mismas diciendo "que suerte" cuando logramos un beneficio, un empleo o cuando nos fue bien en algo que emprendimos. Así es, le atribuimos a la suerte lo bueno que nos pasa o creemos que fue por coincidencia que estábamos en el lugar adecuado justo en el momento correcto. La realidad es que los que profesamos la fe cristiana, sabemos que no es suerte ni coincidencia, sencillamente el bien que nos viene es producto siempre de la bendición del Señor.
Es interesante ver como Dios actúa, y la historia de Nohemy y Rut es una muestra clara de que todo lo que ocurre a sus hijos trae bien al final, veamos algunos puntos claros de esto:
1. Rut quiso ir a recoger espigas, que "coincidencia" que escogió precisamente el campo de Booz, un pariente de Nohemy que podía redimirlas.
2. Que "suerte" que Booz se fijó en Nohemy y tuvo la disposición de ayudarla y permitirle que recogiera con las mismas condiciones que las criadas, además le proveyó de alimento y de bebida mientras estuvo allí.
3. Al final la bendición que recibió Rut alcanzó a su suegra Nohemy, ella llevó alimento para compartir con ella en su casa.
En Dios no hay coincidencias, ni suertes, Dios tiene un plan perfecto para nuestra vida, el desea lo mejor para nosotras y como dijimos en el estudio anterior, el poder ver la bendición requiere primero de algunas pruebas, así que como cristianas necesitamos saber esperar y tener fe en que Dios tiene una respuesta correcta para la dificultad.
Mis planes para ustedes solamente yo los sé, y no son para su mal, sino para su bien. Voy a darles un futuro lleno de bienestar. Jer. 29:11
Podría ser que Rut creyera que por muy inteligente o por muy guapa le íba bien, así nos pasa frecuentemente a nosotros, creemos que por tener un título o porque somos muy listos en algo es que nos va bien, pero en realidad no se trata de nosotros, es Dios quien abre puertas, El es el único que nos da oportunidades, para el no hay imposibles al momento de darnos respuestas a nuestras dificultades, así que no es suerte simplemente es bendición.
Es en este preciso momento que a Nohemy se da cuenta de una gran verdad, Dios nunca la abandonó, nunca pensó en dejarla, siempre tuvo un plan para su bienestar, por esta causa ella bendice al Señor, porque es ahora que empieza a ver la luz que Dios le estuvo mostrando desde el comienzo, pero que ella por centrarse en las dificultades únicamente, era incapaz de ver. Es ahora entonces que entiende que la vida de Rut en su camino era por causa del propósito del Señor.
"Les aseguro que estaré con ustedes siempre,hasta el fin del mundo" Mt. 28:20
Sabes, Dios cumple sus promesas, El ha prometido estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, y si El está con nosotros quien contra nosotros, El es nuestro proveedor,nuestro sanador, es nuestro pastor y nada nos faltará. Nosotros solo necesitamos vivir en obediencia, pues el fruto de la obediencia siempre es bendición. Y cuando llegue la bendición, no le atribuya esto a la suerte, sepa que es por la gracia de Dios, y que El siempre estuvo allí.
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